BIENESTAR FÍSICO
BIENESTAR FÍSICO
La prevención de la diabetes tipo 2, que es la más común, está directamente relacionada con el estilo de vida. Una de las herramientas más eficaces para prevenir la diabetes es la adopción de hábitos saludables, en especial la incorporación regular de actividad física.
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa la glucosa en sangre. Se trata de una alteración del metabolismo en la que el organismo no produce suficiente insulina o no la utiliza de forma eficiente. Si no se controla adecuadamente, esta condición puede causar complicaciones graves, como enfermedades cardiovasculares, daños renales, pérdida de visión y problemas neurológicos. La buena noticia es que, en muchos casos, puede prevenirse.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos deberían realizar entre 150 y 300 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar a paso ligero, nadar o andar en bicicleta. Como alternativa, se pueden realizar entre 75 y 150 minutos de actividad intensa, como correr, practicar deportes de alta intensidad o entrenamientos funcionales. Lo más importante no es solo la cantidad de ejercicio, sino la regularidad con la que se practica.
Hacer deporte de manera constante mejora la sensibilidad a la insulina, ayuda a controlar el peso corporal y reduce los niveles de azúcar en la sangre. Además, combinar ejercicios aeróbicos con entrenamientos de fuerza, como levantar pesas o hacer ejercicios con el peso del cuerpo, potencia los beneficios metabólicos, cardiovasculares y musculares. Estos efectos no solo son útiles para personas en riesgo, sino también para quienes ya han sido diagnosticadas con diabetes.
Entonces, cómo prevenir la diabetes mediante el ejercicio implica adoptar una rutina equilibrada.
Como recomendación puede incluir caminatas diarias de 30 minutos, usar las escaleras en vez del ascensor y practicar algún deporte o actividad recreativa varias veces por semana. Incluso acciones cotidianas como bailar, realizar labores domésticas activamente o mantenerse en movimiento durante el día contribuyen significativamente a la salud.
En definitiva, la prevención de la diabetes no exige grandes sacrificios, sino un compromiso sostenido con una vida más activa. Establecer objetivos realistas, comenzar de a poco y mantener la motivación son claves para lograr cambios duraderos. Incorporar la actividad física como parte de la rutina diaria no solo reduce el riesgo de diabetes, sino que también mejora la calidad de vida en general.